Un equipo de arqueólogos peruanos ha descubierto un laberinto subterráneo que conecta el Templo del Sol (Coricancha) con la fortaleza de Sacsayhuamán, en Cuzco. Este hallazgo confirma lo que hasta ahora solo era una hipótesis basada en crónicas de los siglos XVI y XVII.
El Imperio inca fue la estructura imperial más grande de la América precolombina, y este descubrimiento se suma a los numerosos hallazgos arqueológicos que han sacado a la luz la riqueza cultural e histórica de esta civilización.
El equipo de arqueólogos, liderado por Jorge Calero Flores y Mildred Fernández Palomino, utilizó una técnica innovadora para detectar la presencia de espacios huecos subterráneos. La técnica consiste en golpear el suelo con una comba y una placa metálica cada 50 centímetros para identificar zonas de resonancia.
El laberinto subterráneo tiene una longitud aproximada de 1750 metros y se compone de enormes zanjas con muros y techos de piedra. Además del tramo principal que une el Coricancha con Sacsayhuamán, se detectaron tres ramificaciones adicionales que discurren hacia Callispuquio, Muyucmarca y la iglesia de San Cristóbal.
Este descubrimiento es un importante avance en la comprensión de la historia y la cultura del Imperio inca, y abre nuevas perspectivas para la investigación y la conservación del patrimonio cultural peruano.
Fuente: MuInteresante